Coordinación con el centro. La
coordinación de la familia con el centro es esencial para programar de forma
conjunta las estrategias educativas diseñadas para el alumno.
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Aprovechar las entrevistaspara
hablar de las dificultades encontradas, los progresos y para establecer
objetivos conjuntos y revisarlos periódicamente. Centrarse en los aspectos
comunes y en los acuerdos y no en las desavenencias.
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Supervisar la agenda
como medio para controlar deberes, exámenes, trabajos, material,
etc. y para comunicaciones puntuales con el profesor evitando comentarios que
evidencien desacuerdos entre familia y escuela.
Control de la conducta.La utilización de
estrategias comunes entre la familia y la escuela multiplican la eficacia de
las mismas.
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Hay que hablarles con claridad, de forma directa
y mirándoles a los ojos. Las instrucciones deben ser cortas y concretas, paso a
paso y asegurar que la han comprendido.
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Ser coherenteen
mantener las mismas expectativas en casa y en el colegio: lo que el alumno es
capaz de hacer en un ámbito, lo puede conseguir en el otro.
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Reforzar las
conductas positivas. Cuando el comportamiento es el adecuado, hay que indicarlo
y felicitarle por ello.
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Facilitar comentarios sobre su conducta que
puedan ayudarle a entender qué comportamientos son adecuados y cuáles no.
Ayudarle a pensar en voz alta sobre los acontecimientos de su vida, sus
emociones, sus planes.
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Establecer normas
de disciplina explícitas, claras, comprensibles para el hijo. Y
deben ser consistentes, es decir, las estrategias y las normas deben ser
siempre las mismas al igual que las consecuencias.
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Exponer claramente las consecuenciasdel mal comportamiento y ser
pertinente y coherente en su aplicación. Actuar de forma inmediata.
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Cuando se incumpla una norma hay que recordarla
y actuar en consecuencia, sin dejarse influir por las protestas y sin perder la
calma.
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También puede ser eficaz advertir de las
consecuencias y dar un margen de tiempo para que haga lo que se le ha indicado.
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Utilizar la recompensamás
que el castigo. Si sabemos cuál es la conducta positiva que queremos cambiar
por la inadecuada, cuando ésta se produzca podremos elogiarla y recompensarla.
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Ser persistentes. Los cambios tardan en
producirse.
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Una de las formas de aprendizaje más eficaz es
la observación de la conducta de los adultos. El padre y la madre pueden
convertirse en un modelopara
su hijo dando una imagen adecuada y enseñándole estrategias de autocontrol,
planificación, etc.
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Un ambiente
relajado y libre de estrés contribuye a que los niños se muestren
más tranquilos. La familia puede ayudar a crear este ambiente en casa.
Establecimiento de rutinas y
organización del tiempo. Los niños y jóvenes con TDAH necesitan más
estructuración y supervisión para poder organizarse y manejar el tiempo. Tener
unas rutinas y un horario estable les ayuda a afrontar sus responsabilidades en
todos los ámbitos.
Realización de tareas en casa. Siguiendo
algunas pautas sencillas, las familias pueden ayudar a que su hijo haga las
tareas en casa y realice los aprendizajes iniciados en el colegio.
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Gestión del
tiempo de estudio: enseñarle a establecer unas rutinas a la hora de
los deberes, hacer descansos breves y frecuentes, realizar lo más difícil al
principio cuando la atención es mayor.
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Optimización del
estudio: dividir las tareas en apartados más pequeños. Durante el
estudio hacer esquemas que resuman los puntos más importantes y así desglosar la
información en apartados de menor tamaño.
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Organización del
material: utilizar un lugar de estudio que sea siempre el mismo y
sin elementos que le puedan distraer. Asegurarse de que prepara todo el
material necesario para el día siguiente. Puede utilizar una carpeta para
guardar las tareas terminadas y así no olvidar ninguna. Ayudarles a preparar la
mochila haciendo de ello una rutina y dando instrucciones claras. Puede ser
práctico vaciar la mochila al llegar a casa para ordenar el material y asegurarse
de no olvidar nada dentro.
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Refuerzo de la
realización de tareas: establecer plazos realistas para hacer los
deberes y estudiar, de acuerdo con su hijo, y acordar juntos las recompensas
que conseguirá tras el trabajo bien hecho: tiempo propio para ver la
televisión o jugar, actividades con la familia que le gusten, algún extra para
el fin de semana… Valorar positivamente sus esfuerzos y sus progresos, poniendo
más interés en la realización de sus trabajos que en los resultados obtenidos.
Desarrollo emocional/autoestima.No
se debe olvidar la importancia de un adecuado desarrollo emocional del niño,
cuidando los mensajes que se le hacen llegar y los comentarios que puede
escuchar. Debemos ayudarle a afrontar sus dificultades con realismo y espíritu
de superación. Necesitan ayuda para comprender sus emociones y controlarlas.
Es importante ayudarle a distinguirlas y hablar de ellas. Los fracasos
continuos pueden afectar a su autoestima, por lo que conviene proporcionarle
actividades en las que pueda obtener éxito y disfrute.
Relaciones sociales. A
pesar que puedan aparecer conductas no apropiadas se deben permitir las actividades
de juego y de grupo adecuadas a cada edad, con supervisión si fuera necesario,
para facilitar las relaciones sociales.
Técnicas específicas. Existen
técnicas específicas para la mejora de algunos comportamientos asociados al
TDAH que se aconseja que las familias conozcan y utilicen: técnicas de
modificación de conducta, entrenamiento en autoinstrucciones, técnicas de
relajación.
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